Checkpoint:
Mi Hijo de Cuatro Años
Juega Grand Theft Auto
Por Matthew Orona |
My Four-Year-Old Son Plays Grand Theft Auto | 5 de Junio del 2010
|
www.bitmob.com
Traducción: Atrox
Nota del
Editor: Debo de admitir que al principio experimenté un shock a la
hora de leer el encabezado de este artículo, pero creo que no debería de
comentar más al respecto sino solo dejar que experimenten esta anécdota
por ustedes mismos. Honestamente, creo que no se decepcionarán. -Jay.
A la muy
impresionable edad de cuatro años, a mi hijo le encantó Grand Theft Auto.
Específicamente, jugó la versión de San Andreas en la que se puede
desbloquear el modo de Hot Coffee. Pero antes de que los Servicios de Protección de Menores
me confieran el prestigioso honor de padre de el año, permítanme
explicarles.
Los videojuegos
han sido parte de la vida de mi hijo desde el momento en que nació, por lo
cual no me sorprendió el que el mostrara interés hacia ellos a la temprana
edad de dos años. Lo inicié justo donde comencé mi carrera como jugador:
El original Nintendo Entertainment System. El incrementó su coordinación
mano-ojo y logró remover el puente debajo de Bowser en poco tiempo.
Entonces, un día, el me observó jugando Grand Theft Auto: San Andreas y me
preguntó si podía jugar. Lo que sucedió después realmente me abrió los
ojos.
Con su control
DualShock en la mano, comenzó a presionar cada botón individualmente
tratando de averiguar cuales eran sus funciones. Pronto preguntó, "¿Como
puedo subir a un auto?" Le dije mientras le señalaba, "El botón con el
triángulo verde."
Lo incité a
tomar el vehículo que se encontraba delante de él, el cual estaba
esperando en un semáforo con luz roja. Él rápidamente me volteó a ver con
cierto disgusto y se rehusó, diciéndome que ese auto ya estaba siendo
conducido por una persona. Su respuesta me asombró totalmente,
decidiéndome a solo sentarme y observar como es que él elegiría
interactuar con este juego altamente controversial sin la ayuda de un
adulto de mente podrida.
Finalmente entró
a un vehículo desocupado y comenzó a conducir. Él era muy considerado con
los otros vehículos y con los peatones. Él no conocía los reglamentos de
vialidad, de modo que él se pasó las luces rojas y entró a calles en
sentido contrario. Sin embargo, el sí se detuvo en intersecciones si un
grupo de autos estaba detenido esperando la luz verde.
En una de esas
intersecciones él intentó frenar, pero iba demasiado rápido. En vez de
estrellarse en la parte trasera del vehículo frente a él, el giró hacia la
derecha, subiéndose a la banqueta. Al hacerlo, accidentalmente atropelló a
una mujer que iba caminando en dirección hacia él. Él estaba
increíblemente apenado y quería disculparse profundamente.
"Está bien. Es
sólo un juego. No es real," le aseguré. Después de unos minutos de
explicarle la diferencia entre un juego y la vida real, él se sintió
suficientemente confiado para continuar jugando.
¡Detente! ¡O mi mamá te dispara!
Solo segundos
después, él observó a un policía salir de su patrulla para perseguir a un
criminal de San Andreas. Sus ojos se encendieron mientras preguntaba si
podía conducir el auto de policía. Le recordé que era solo un juego, y que
estaba bien tomar el auto. Mientras conducía la patrulla, yo presioné L3
para encender las luces y la sirena. Emocionado, me preguntó si también
podía ir tras los malos. Con una gran sonrisa, presioné R3 para iniciar
las misiones de Vigilante. Es como si su imaginación hubiera cobrado vida.
Estaba arrestando delincuentes de un lado a otro. Como era de esperarse,
el peligroso trabajo de un oficial hizo venir a una ambulancia.
En este punto,
mi hijo ya se había familiarizado con la mecánica del juego y se subió a
la ambulancia. Dejando la pelea en contra del crimen detrás, se preguntó
en voz alta si era posible llevar personas al hospital. Le dije que
presionara R3, y así estaba listo para salvar algunas vidas. Él se la
estaba pasando muy bien yendo de punto a punto a gran velocidad,
recogiendo personas en apuros y acelerando después hacia el Hospital Las
Venturas. Durante una de sus aventuras salvando vidas, pasó frente a una
estación de bomberos con un grande, rojo y brillante camión de bomberos
estacionado enfrente. Él no quiso decepcionar a sus pasajeros, de
modo que los llevó al hospital y entonces me pidió si lo podía guiar de
vuelta a al camión de bomberos.
El obtuvo la
mayor diversión jugando Grand Theft Auto al estar detrás del asiento del
conductor del camión de bomberos. Con las sirenas encendidas, él fue
detrás del primer punto rojo en el mapa. Tan pronto se acercó al vehículo
envuelto en llamas, el comenzó a mojarlo con la manguera del camión. Fuego
tras fuego, él los extinguió todos.
La peor pesadilla de Joe Lieberman.
Durante todo el
tiempo con Grand Theft Auto, él no se encontró ni una vez con algo del
contenido controversial que rodea a este notorio título. No golpeó a
ninguna prostituta con un bat de béisbol, no traficó drogas, no inició
ningún frenesí homicida y ciertamente no recibió ninguna taza de café
caliente. Él no evitó estas cosas porque yo le dijera que no podía
hacerlas, es solo que a él nunca se le ocurrió cometer estos actos.
La clasificación
de la ESRB que se encuentra en la portada de cada juego es una gran
herramienta para padres que desconocen acerca de videojuegos y su
contenido, pero estoy rotundamente en contra de utilizarlo como una
herramienta para criar a nuestros hijos. Todo niño es diferente, y como
padres, es nuestra responsabilidad el atender sus necesidades
individuales. Entiendo que no todo niño es como el mío, de modo que no
recomendaría que todo padre permitiera a su hijo jugar Grand Theft Auto.
Pero si recomendaría que escuchen y pongan atención a sus pequeños para
que determinen lo que son capaces de manejar y para que están preparados o
no. Quizá ellos puedan llegar a sorprenderte y encontrar la luz en algo
que se pensaba era muy oscuro.
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