Continuación...
Cada nueva entrega ha experimentado con cosas nuevas
e interesantes que hacen que cada título salga de la monotonía, como las
secciones a caballo, nuevos peligros y varias misiones alternas. Pero
también hay una serie de adiciones que me hacen pensar que a los
desarrolladores se les permiten trabajar bajo los efectos del alcohol o
alguna otra sustancia prohibida, como cuando nos hicieron jugar a capturar
la bandera en ACII… con ese ejemplo es suficiente.
Hablando de esta última entrega, de alguna manera me extraña el hecho de
que hayan eliminado la opción de cabalgar dentro de la ciudad, lo cual fue
una de las más grandes adiciones en Brotherhood, pero no es ninguna
queja.
Pero lo que si no fue muy de mi agrado es el hecho de que este título
tiende a darte demasiadas órdenes en cuanto al modo en el cual debes de
proceder en tus objetivos. Muchas veces no pude evitar sentirme lanzado
fuera del juego y de lo que estaba haciendo, cuando el sistema seguí
ordenándome trivialidades como, muévete para allá, asesina a este, dale
tal cosa al otro, etc.
No puedo evitar decir que estos, como otra serie de aspectos que aún hacen
falta por pulir en este juego, se vuelven más evidentes una vez que has
experimentado lo que Rocksteady hizo en Batman Arkham Asylum y
Arkham City; ellos obviamente se han tomado su tiempo para ajustar
todo lo que desean entregar al entorno de juego y han hecho de esta serie
una de las experiencias más inmersivas de los últimos tiempos.
Por el otro lado, Assassin’s Creed ha recibido pequeños ajustes
aquí y allá a lo largo de cada una de sus interacciones al mismo tiempo
que están diseñando todo el entorno de juego que esperan lanzar en el
limitado lapso de un año.
Mientras los desarrolladores han sugerido que este tiempo límite de un año
los ayudado a mantener un nivel de ritmo y presión que les ha ayudado a
establecer sus propias metas y comprometerse con ellas, esta aproximación
también ha demostrado sus desventajas, pues aún hay ciertos detalles que
quizá es necesario pulir si es que se espera que esta serie evolucione de
manera satisfactoria.
No quiero abundar demasiado en este último punto, salvo decir que
bastantes veces durante el transcurso del juego me la pasé tratando de
averiguar que es lo que debía de hacer a continuación y otras tantas me la
pasé preguntándome si estaba atorado por producto de un error de juego,
pues en una ocasión si me topé con un error que no se arregló sino hasta
que reinicié la consola.
Bueno… ya me quejé demasiado, eso significa que el juego no fue de mi
agrado ¿verdad? En realidad se trata de lo contrario. Esta serie de quejas
no son más que meros tropiezos en lo que constituye un viaje bastante
agradable.
La historia se encuentra muy bien orquestada, la arquitectura y la
reconstrucción de toda la ciudad de Constantinopla sigue siendo una
verdadera maravilla y me alegra ver como es que las misiones secundarias,
las cuales tienen por objeto el expulsar la influencia templaria que
ensombrece la ciudad, se encuentran amigablemente esparcidas a lo largo
del juego hasta un punto que tiene sentido que las lleves a cabo,
brindándote un sentimiento de progresión conforme vas cumpliendo tus
objetivos.
Esto sigue siendo uno de los principales
atractivos de la serie.
Pero lo mejor de todo es que, a diferencia de los títulos anteriores, este
juego goza de un excelente final (para quienes aún no lo han visto, no se
preocupen, no voy a mencionar nada del mismo). Hasta este punto, no había
podido quitarme el terrible sabor de boca que me había dejado el final de
Assassin’s Creed II (también conocido por conducir hacia una de las
batallas finales más patéticas de la historia), pero Reveleations
me hizo recordar la gran importancia que tiene la correcta conclusión de
una historia.
Este es uno de los pocos finales que me han dejado sin palabras. Sí, como
era de esperarse, este quedó inconcluso para anunciarnos algo que va a
suceder en el próximo juego. Pero este te deja un verdadero sentimiento de
resolución, así como un merecido final a las historias de Altair y Ezio.
Después de lo que vivimos aquí, he cambiado de parecer, ya no espero (ni
creo) que hagan otro juego acerca de la saga de Altair, y no podría estar
más conforme con ello. Este título no solo cerró el ciclo que une el
destino entre ambos personajes, sino que despidió a ambos de una manera
tan sublime como no había visto en un videojuego.
Seguramente después vamos a discutir cuan interesante fue este final en un
espacio más apto para ello. Mientras tanto, no puedo evitar decir que
estaré esperando su próxima entrega el año que viene, no sin antes
advertir que no tomaré a la ligera si Ubisoft me decepciona en esta
segunda oportunidad que le estoy dando a la serie.
10 de diciembre del 2011
Página:
1
2 |