Lo
que Aprendimos de las Secuelas... ¿Ser diferente puede ser tan
imperdonable?
12
de Marzo del 2011
Zelda II: The Adventure of Link - 1988
Este es otro
ejemplo clásico de las primeras secuelas de la historia. Una vez que
tienes una serie exitosa en tus manos y llegas a la decisión de realizar
una segunda entrega de esta, es cuando te encuentras con el gran conflicto
de que deberías de hacer a continuación. ¿Reinventar? ¿Innovar? ¿Copiar y
pegar?
La segunda parte
de la Leyenda de Zelda no se trata realmente de la evolución de la serie,
pero seguro que logró ser único y diferente a todos los demás juegos de
esta saga creados antes y después; y no me pienso
arriesgar a tratar de adivinar que fue lo que lo motivó a Shigeru Miyamoto a
cambiar tan radicalmente la fórmula de este juego hasta el punto de
convertirlo en un juego que de su antecesor solo conserva el nombre.
Las principales
diferencias de este título saltan a la vista
durante los primeros minutos de juego. La acción ya no se lleva a cabo con
una vista desde arriba, sino de lado; ya no te enfrentas libremente en
contra de enemigos, sino que estos aparecen aleatoriamente en el mapa; y
este juego añadió elementos R.P.G. a la fórmula, como un sistema de
experiencia y la necesidad de ir ascendiendo niveles si de verdad
esperas sobrevivir en situaciones posteriores.
Esta es la parte
donde nos enfrentamos a las incoherencias que llevan a muchos a
desprestigiar los logros de este título. Tenemos un juego donde la acción
se lleva de lado y no con una vista desde arriba; tu única arma es una
espada, sin un bumerang, ni arco y flechas, solo la espada; no recoges
rupias en el trayecto; y Ganon no es el enemigo final del juego.
¿De verdad se trata de La Leyenda de Zelda?
Arriba: Vamos, no hay razón para que seas tan duro
contigo mismo.
Bueno, si nos
vamos a enfrascar en la discusión de cuantos elementos de este juego se
sienten familiares al primero (o incluso, al resto de la serie) por
supuesto que nos toparemos con los muchos argumentos que conllevan a
considerar a este título como la "oveja negra" de la saga.
Sin embargo, si
nos enfocamos en cuanto al juego en sí, es allí donde nos encontraremos
con los puntos importantes a resaltar y defender.
La influencia
de Zelda II: The Adventure of Link.
Otros juegos de
la serie pueden tener su énfasis en la resolución de acertijos, en la
exploración y en la aventura, pero lo que esta parte de la saga posee es
una orientación hacia la acción como ningún otro.
Lo que vienes a
hacer en este juego es pelear, y pelear con ganas. Su mecánica de combate
era sencilla, pero demanda destreza, coordinación y buenos reflejos por
parte de quien se adentrara en este juego lo suficiente.
Este título es
difícil, pero no imposible. Posee un enorme reto, lo cual incluso es mucho
decir para una época en la que los juegos solían ser difíciles, pero su
dificultad no radica en un diseño que de alguna manera
fuera injusto o excesivamente frustrante. El control de tu personaje
estaba bien balanceado y no era nada fuera de este mundo o imposible de
dominar. Este es el único juego de la serie al que puedes recurrir cuando
lo que buscas es poner a prueba la velocidad de tus reflejos, pues no solo
tendrás que exigirle mucho a tu botón de ataque para abrirte paso ante
todo enemigo que se ponga en tu camino, sino que además en este juego te
tendrás que acostumbrar a saltar como ningún otro, pues este es el único juego que se vuelve muy serio
tratándose de plataformas.
En cuanto a los
enemigos, hay uno en particular que me viene a la mente cuando pienso en
este juego... el Iron Knuckle.
Arriba: ¡Nooooooo!
Pongámoslo de
esta manera: es un enemigo que no puedes evadir, que no posee un punto
débil, un truco o estrategia específica para vencerlo. Eres solo tú contra
él en un espacio muy reducido.
Y no se podía
esperar menos por parte de los jefes de cada calabozo, a pesar que estos
si poseen un punto débil que debes explotar para derrotarlos, lo difícil
no es descubrirlo, sino llegar a este las veces necesarias hasta acabar
con ellos.
Y por supuesto
que no podemos dejar de hablar del enemigo final de este juego: Dark Link
(o mejor conocido como Shadow
Link.) Esta fue
su introducción a la serie y no lo volveríamos a ver sino hasta Ocarina of
Time, pero el reto que supone derrotarlo podría considerarlo como uno de
los enemigos más difíciles de la historia de Zelda.
Arriba:
No se trata de saber como derrotarlo... sino
de demostrarle quien es el mejor.
¿Y después de
Zelda II: The Adventure of Link?
Después de este
juego, la serie nunca más se aventuraría en el formato de acción con vista
de lado. Por supuesto que no fue del todo malo, en el año de 1992 y una
generación de consolas después, conoceríamos The Legend of Zelda: A Link
to the Past, el cual sigue siendo considerado como uno de los mejores
juegos de la serie y de los mejores juegos que hayan aparecido en Super
Nintendo.
En el año de
1993, La Leyenda de Zelda incursionaría por primera vez en el formato
portátil del Game Boy original, el cual continuaría con el mismo formato
con vista desde arriba durante la mayor parte del juego. Sin embargo, este
título sería el único en toda la historia de la serie en el que (cuando
menos en algunos breves segmentos) nos encontraríamos nuevamente con un
poco de acción con vista de lado, pero estas secciones se encuentran lejos
de poseer la misma orientación hacia la acción que caracterizaría a Zelda
II.
Y en el año de
1998, la saga daría el gran salto hacia la tercera dimensión y esta
transición no solo se sentiría como una evolución natural de la serie, tal
y como lo haría Super Mario 64 algunos años atrás, sino que
definitivamente convertiría a este título en uno de los mejores juegos de
la historia.